Dedicado a mis niños, y aquellos educadores, educadoras, padres y madres que quieran que sus hijos e hijas recuerden lo que aprendieron y aprendan otra cosita más.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Dejemonos enseñar

Son muchas las formas que tienen nuestros niños y niñas de enseñarnos las cosas. No te pierdas éste vídeo. Dejemonos enseñar...

lunes, 29 de noviembre de 2010

El poder de los cuentos.

La narrativa, sin embargo, se halla en una esfera un tanto diferente de las demás artes. Su medio es el lenguaje, y el lenguaje es algo que compartimos con los demás, común a todos nosotros. En cuanto aprendemos a hablar, empezamos a sentir avidez por los relatos. Los que seamos capaces de rememorar nuestra infancia recordaremos el ansia con que saboreábamos el cuento que nos contaban en la cama, el momento en que nuestro padre, o nuestra madre, se sentaba en la penumbra junto a nosotros con un libro y nos leía un cuento de hadas. 

Los que somos padres no tendremos dificultad en evocar la embelesada atención en los ojos de nuestros hijos cuando les leíamos un cuento. ¿A qué se debe ese ferviente deseo de escuchar? Los cuentos de hadas suelen ser crueles y violentos, describen decapitaciones, canibalismo, transformaciones grotescas y encantamientos maléficos. Cualquiera pensaría que esos elementos llenarían de espanto a un crío; pero lo que el niño experimenta a través de esos cuentos es precisamente un encuentro fortuito con sus propios miedos y angustias interiores, en un entorno en el que está perfectamente a salvo y protegido

Tal es la magia de los relatos: pueden transportarnos a las profundidades del infierno, pero en realidad son inofensivos. Nos hacemos mayores, pero no cambiamos. Nos volvemos más refinados, pero en el fondo seguimos siendo como cuando éramos pequeños, criaturas que esperan ansiosamente que les cuente otra historia, y la siguiente, y otra más.

(Tomado del Discurso de Paul Auster en la ceremonia de recepción de los Premios Príncipe de Asturias de 2006)

viernes, 26 de noviembre de 2010

Educar con Cuentos.

Cuentos por edades.

De 1 a 2 años:

Sus ojitos se abren de par en par cuando le enseñamos en el cuento el dibujo de un niño que se llama igual que él. ¡Qué casualidad! Y además…tiene un perro, un gato, un coche, un tren… ¡como él! Se emociona, intenta decir algo pero…acaba gritando al libro y señalando al mismo tiempo las imágenes que ha reconocido.

Preséntale historias simples de niños como él, de argumento tan sencillo como ir al parque, tirarse por el tobogán, jugar con los amigos, ensuciarse las manos con barro… O historias de animales a los que él puede cuidar y abrazar.
Seamos exigentes con las imágenes del libro y con la calidad de la fotografía. Deben ser fácilmente identificables y que den impresión de realidad.

Le gusta "leer" en todas partes y a todas horas: en el baño, entre cucharada y cucharada de sopa... Son libros adaptados a las peculiares condiciones de nuestros pequeños lectores, hechos con materiales resistentes como cartón, plástico, tela… Les muestran texturas variadas y les permite reconocer en los libros el terciopelo, la lana, la arena…Otros proporcionan pequeñas marionetas para representar las historias o animales de peluche protagonistas del cuento.

De 3 a 4 años:

"¿Y por qué se pierden en el bosque? ¿Por qué se comió el pastel? ¿Por qué su mamá se enfada con él?"…
Nuestros hijos comienzan a ser exigentes con los cuentos, con nuestros argumentos y explicaciones. Quieren comprender y no perderse nada. Tendremos que proporcionar a nuestro hijo historias sencillas, afectivas y de acción lineal, que no sean complejas ni excesivamente largas.
Las primeras historias que contaremos son aquellas en las que aparecen elementos que a nuestro hijo le son familiares y que encuentra en su vida habitualmente: nosotros, el perro, el gato, la hormiga, etc. Le interesan los relatos formados por episodios similares a los de su vida cotidiana: levantarse, desayunar, lavarse los dientes, etc.

Los cuentos de animales les fascinan. Estos personajes pueden estar humanizados o no y ser los protagonistas de narraciones reales o ficticias. De todas formas, les encantarán.

Las repeticiones rimadas son ideales porque la capacidad de imitación a esta edad es extraordinaria. El pequeño aprende las rimas y es capaz de repetirlas imitando incluso la voz y los gestos de quien se las enseña. De hecho, a estas edades, nuestro hijo está aprendiendo a expresar con palabras muchas de las realidades que hasta ahora no podía ni siquiera nombrar. En ocasiones lo hace arriesgándose porque su conocimiento de la lengua todavía es limitado, en otras lo hace como parte de un juego en el que resulta gracioso pronunciar cosas que no tienen mucho sentido para los adultos que las oímos. Aquellos cuentos que tengan juegos de palabras, aunque sólo sea en el nombre de los personajes o lugares que aparecen en la historia, les parecerán muy divertidos.
Repitiendo rimas y nombres formados a partir de juegos de palabras perfeccionará su pronunciación.

Además de los cuentos, le fascinará escuchar nuestra versión sobre alguna historia real protagonizada por él mismo en su infancia o por algún miembro de su familia.

De 5 a 7 años:

Ahora quieren gigantes, enanos, sirenas, dragones. Ahora castillos, príncipes y princesas, habichuelas mágicas y hadas complacientes. Quieren fantasía y creatividad. Su expresión oral y su comprensión les permiten exigir calidad en sus cuentos, emoción e imaginación. Es el momento de contarle los cuentos de hadas con argumentos sencillos como Blancanieves, Pulgarcito, La reina mora y Las Hadas."

Preferencias de los niños durante este periodo:
  • Cuentos con estructura repetitiva: cada repetición hace que el cuento sea más familiar y reduce en nuestro hijo el esfuerzo de atención. La repetición, además, le estimula intelectualmente para seguir sin perderse un encadenamiento de aventuras. Por ejemplo: Rizos de Oro, Cuentos de animales.
  • Cuentos con elementos familiares: a los niños les cuesta prestar atención durante mucho rato, por eso prefieren una historia que ya conocen antes que un cuento nuevo. Para crear un mundo nuevo la imaginación debe partir de material viejo.
  • Cuentos de acción rápida: cuanto más rápido se suceden los acontecimientos de la historia más atención nos prestará nuestro hijo al explicarle el cuento.
No te desanimes si al principio tu hijo se distrae. Empezará a prestar atención a medida que vaya comprendiendo e interesándose por la trama y las aventuras de los personajes.

De 6 a 7 años:

Con 6 y 7 años los niños se sienten fascinados por los cuentos de aventuras en los que aparecen héroes. Buscan emoción tanto en el argumento como en la descripción de los personajes. Os aconsejo los cuentos de hadas de Grimm y Perrault y aquellos cuentos mágicos que tengan valor moral o que les enseñen los valores importantes de la vida. A esta edad, disfruta con los relatos donde los protagonistas son humanos y donde aparecen personajes secundarios.

Nuestro hijo empezará a descubrir que las inquietudes o pequeños problemas que pueda tener también les ocurren a sus personajes favoritos. Es el momento de introducir cuentos que aporten una enseñanza personalizada a nuestro hijo. Por ejemplo, si dice muchas palabrotas le podemos contar el cuento de un niño que se creía más importante que los demás por decir estas palabras… y así ir desarrollando la historia ejemplificando que, por decir palabrotas, no le prestarán más atención.

Preferencias de los niños durante este periodo:
  • Cuentos de ambiente familiar: en casa, en la escuela, en el zoo.
  • Cuentos de folklore: fiestas populares de tu pueblo o ciudad.
  • Cuentos con humor o con cierta ironía: niños traviesos, despistados, atolondrados.
  • Fábulas: te recomendamos que actualices las fábulas de siempre con personajes del momento.
  • Leyendas: preferiblemente las relacionadas con el entorno de tu hijo.
  • Cuentos fantásticos: esperará con atención el desenlace final.

De 8 a 12 años:

A partir de los ocho años empieza a despertarse la emoción artística en tus hijos. Les interesa la descripción detallada del relato. Todas aquellas historias emocionantes o que les mantengan en vilo hasta el final les harán identificarse con los personajes y sentirse parte de la historia.

No olvides que tú juegas un papel muy importante.
Tu forma de explicar la historia y de describir los personajes hará que les fascine más o menos el relato.

A esta edad es frecuente que tu hijo te pregunte: "¿Esto pasó de verdad?" o "¿Esta historia es verdadera?". Para satisfacerle procura contarle narraciones históricas, científicas o personales (le encantará que le cuentes anécdotas de tu infancia).
Tampoco hace falta que abandones la ficción del todo; no todos hemos viajado por los cinco continentes ni nos hemos bañado en los Mares del Sur, pero podemos poner un poco de salsa a la historia.

Si la anécdota no es del todo cierta debes decir la verdad a tu hijo: "Más o menos me ocurrió algo parecido pero he adornado un poco la historia para hacerla más divertida. ¿Te ha gustado?".

La narración de cuentos no deja de ser una primera "lectura oral" que puede ayudar a que se despierte en tu hijo el placer por la lectura.

A partir de los ocho años es muy probable que tu hijo prefiera leer sus propios libros a que tú le cuentes historias. Sentirá predilección por algunos temas en especial: aventuras, poesía, historias de pandillas, libros de humor, libros informativos, países diversos, animales, ciencia, deportes, invención y juegos, etc.… Alrededor de los 12 años comienzan a interesarse por libros de suspense e intriga, aventuras peligrosas, novelas realistas, biografías…

Información obtenida de www.solohijos.com.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Supernanny.

Rocío Ramos-Paúl

Es licenciada en psicología y ha desarrollado su actividad profesional educativa tanto en el ámbito privado como en instituciones públicas. Por su consulta han pasado casos de niños con problemas tan comunes como la resistencia a la hora de comer, los miedos nocturnos y las pesadillas, la rivalidad entre hermanos, niños rebeldes.
Como educadora de menores ha trabajado en instituciones de atención a la infancia y la adolescencia desprotegidas. Asimismo, ha trabajado en proyectos de prevención al menor, ha realizado intervenciones domiciliarias y en situaciones de crisis y ha participado en los seguimientos y orientación de los casos.
Las técnicas de las que se sirve Rocío en su trabajo están basadas en la psicología cognitivo-conductual, aunque a menudo se apoya en su creatividad para dar un enfoque distinto a esos métodos. El recurso a actividades lúdicas y el refuerzo de los comportamientos positivos confieren a su labor un tono positivo, divertido y ameno.
En el programa de televisión Supernanny, Rocío encuentra una excelente oportunidad para divulgar sus métodos de intervención en los problemas más cotidianos de los niños.

Podemos conocer su trabajo a través de la página web:



viernes, 12 de noviembre de 2010

Como motivar a nuestros hijos.

Los niños nacen con una motivación innata de querer aprender de este mundo, y esa motivación se incrementa cuando tienen éxito y reconocimiento en lo que hacen. Cuando reconocemos su esfuerzo, aprenden mejor y con alegría.
Si un niño continuamente trata de hacer su tarea y al ser revisada lo único que le enseñamos es lo que ha hecho mal, posiblemente, dejará de tratar de hacerlo. Y cuando un niño cree que no puede tener éxito, ya sea porque ha cometido muchos errores o porque alguien continuamente le hace pensar que él es un error, que él siempre comete errores, su autoestima sufre y deja de ser ese niño curioso y alegre por aprender.
Es muy importante señalar lo que hacen bien y mencionar lo que pueden cambiar para corregir los errores.
Señalar las habilidades que tienen, para que con sus habilidades conquiste sus áreas débiles. Después celebrar lo bien que hizo su tarea. Enseñarle en los puntos que ha mejorado en una tarea, le hace ver al niño que sí puede vencer retos en la vida.
Le haces creer en él mismo.
Si tienen una tarea complicada, la debemos dividir en pasos pequeños para que sea en secuencia. Cada paso que se da y se hace bien se considera un éxito y así va sintiéndose más seguro. La secuencia de los pasos mejora las probabilidades para el éxito. De ésta forma, aprenden a organizar sus tareas.
Los mensajes que les damos a nuestros hijos, no debemos limitarlos únicamente a sus tareas escolares, pueden hacerse, por ejemplo en sus responsabilidades en la casa.

La motivación es algo con que nacemos, tenemos que mantenerla y ampliarla. Como adultos en la vida de nuestros niños es nuestro deber.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Acercar a nuestros hijos a la lectura y a los libros.

La lectura es un gran estímulo a la creatividad, la imaginación, la inteligencia y la capacidad verbal y de concentración de los niños. Los libros deberían estar presentes en el día a día de los niños, al igual que sus juguetes.
El hábito de leer, a ser posible todos los días, llevará a nuestros hijos e hijas a un mundo de aventuras e historias, a la aventura del saber, del conocer y descubrir. Y si nosotros, padres y madres, compartimos el momento de la lectura con nuestros hijos, se establecerá un lazo especial.


Un lector no nace, se hace.
El interés por la lectura se debe inculcar a un bebé desde la cuna. Es fundamental que los niños aprendan a buscar conocimientos mediante la lectura desde la más temprana edad. Deben oír historias, y se recomienda que se haga a una hora del día determinada, cuando los niños se encuentre relajados y más perceptivos, y lejos de cualquier distracción.
Hay libros para todas las edades, sólo con imágenes, con imágenes y sus nombres debajo y con texto e ilustraciones para los niños que ya saben leer. 

Los beneficios de la lectura para los niños son incalculables y para toda la vida. Lo que cualquier padre y madre desea para sus hijos.

Como ayuda a ésta tarea propongo el método que se encuentra en la siguiente página de éste blog: 
Enseñar a leer. Aprender a leer.

Espero que sea tan gratificante para vosotros como lo es para mí.


jueves, 4 de noviembre de 2010

Presentación.

Al igual que yo, nos encontramos muchas madres y padres con el deseo de dar a nuestros hijos e hijas la mejor educación. 
Si bien, desde los colegios nos animan a participar con sus tareas escolares como complemento al estudio realizado, nos encontramos ante la duda de si lo hacemos o no bien.
Nos sentamos ante ellos mientras hacen sus "deberes" y vemos como avanzan, como se distraen y sobre todo, como intentan solucionar lo que no entiende. Y ahí es donde entramos a participar en su comprensión de las tareas.
También como estudiante de Educación Social, aprendo de lo que saben y no saben, de lo que entienden o no, y participo con ellos en la aventura de aprender enseñando, con la gratificación de ser a mis hijos los primeros a los que educo y son ellos los que me enseñan a educar.

Así, desde el punto de vista de una madre, educadora y desde el punto de vista de unos niños que quieren aprender y enseñar, creo este blog como ayuda a esta tarea, tan complicada a veces, de trasmitir lo que sabes y hacer entender lo que conoces.

Empieza la aventura ........

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